
Por fin ha llegado el momento de conocer la verdad, ya sin retrasos de por medio y con Ubisoft enfrentando una crisis financiera que culminó con la adquisición del 40% de sus acciones por Tencent. Assassin’s Creed Shadows está aquí. Más allá de la polémica que lo rodea, tuvimos la oportunidad de jugarlo antes de su lanzamiento, y lo que encontramos escapa de los estándares convencionales de la compañía.
El juego se probó en PC con una RTX 4080 SUPER, un procesador i9 14900K y 64 GB de RAM. Ubisoft nos brindó un código diez días antes del estreno, permitiéndonos analizarlo a fondo. A diferencia de fiascos anteriores como Star Wars Outlaws, Shadows sorprende con una optimización técnica decente. En configuración ultra y con tecnologías de Nvidia activadas, el rendimiento fue estable. Sin embargo, si se desactiva la generación de frames, las temperaturas del procesador se disparan.
A lo largo de 30 horas de juego, los bugs fueron mínimos: solo dos errores y un congelamiento de pantalla. Esto nos deja claro que Ubisoft sabe hacer bien las cosas, pero prioriza cumplir con su agenda de lanzamientos. La compañía presume más sus ventas y número de jugadores que la calidad de sus títulos. Ahora que enfrenta una crisis, parece querer recuperar la confianza del público, pero esto es lo que debieron hacer hace décadas.
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Una Historia Predecible y un Guion Flojo

La trama sigue el formato de historias compartidas, con dos protagonistas bien definidos: Yasuke y Naoe. Sin embargo, el guion es redundante y parece tratar al jugador como si fuera incapaz de comprender una narrativa simple. Las líneas de diálogo insisten en recalcar que Yasuke es un extranjero traído como esclavo por los monjes jesuitas, repitiendo lo obvio una y otra vez.
El juego presenta a Yasuke de manera superficial. Su historia real se descubre en misiones secundarias, y su transformación en samurái apenas se desarrolla en pantalla. En su primera escena de combate, Assassin’s Creed Shadows deja ver que su sistema ha mejorado con respecto a juegos anteriores. Los enemigos ya no esperan su turno para atacar, obligando al jugador a reaccionar con parrys y estrategias más desafiantes. Sin embargo, esto sacrifica la espectacularidad de las maniobras.
Naoe, en cambio, ofrece una experiencia mucho más fiel a los Assassin’s Creed originales. Su jugabilidad se basa en el sigilo y mejora mecánicas clásicas, como la posibilidad de arrastrarse por el suelo. En esta campaña, los enemigos pueden detectarte incluso escondido en arbustos, obligando a utilizar herramientas como el gancho para escalar rápidamente. Naoe es más vulnerable que Yasuke y cuenta con menos recursos de curación, lo que obliga a jugar con un enfoque más táctico.
La estructura del juego también cambia. Los objetivos ya no se marcan directamente en el mapa, sino que deben encontrarse mediante pistas o exploración. Aunque esto podría parecer un avance, en la práctica se vuelve tedioso, lo que obliga a activar la «exploración guiada» en el menú.
Un Assassin’s Creed Sin la identidad de Assassin’s Creed

Uno de los problemas más graves de Shadows es que carece del ADN de la franquicia. La Hermandad de Asesinos apenas se menciona, no hay rastro de los templarios, y ni siquiera se hace referencia a personajes icónicos. Naoe, aunque sigilosa, se siente como una shinobi, no como una Asesina.
Ubisoft parece estar desprendiéndose del lore original de la saga, convirtiéndola en una simple marca para juegos de RPG de acción. Esta estrategia podría significar el fin del universo cohesivo de Assassin’s Creed tal como lo conocemos.
Romance Opcional

Se ha debatido mucho sobre el aspecto «woke» del juego. En este caso, Ubisoft implementa opciones de romance tanto heterosexuales como homosexuales para Yasuke y Naoe. Naoe puede relacionarse con tres personajes, mientras que Yasuke tiene dos opciones, una de ellas identificada como «no binaria». El problema aquí es el uso del lenguaje inclusivo en un contexto histórico donde no tiene sentido.
A pesar de esto, las relaciones son completamente opcionales. Como ya vimos en juegos recientes, las empresas han empezado a dar un paso atrás en la imposición de estas políticas, permitiendo que el jugador decida cómo abordar estos elementos.
La Mayor Debilidad: Un Sistema de Progresión Artificial

Uno de los aspectos más frustrantes es que las zonas y objetivos están bloqueados por nivel, al estilo de The Witcher 3. Esto provoca un grindeo innecesario para poder avanzar en la historia. Si no subes de nivel mediante misiones secundarias, el juego se termina en menos de 20 horas.
Este diseño también afecta el sigilo. Aun cuando ejecutas un asesinato perfecto, el objetivo puede detener tu acometida si no tienes el nivel requerido, lo que rompe completamente la inmersión. Ubisoft corrigió esto con una opción de «asesinato garantizado» en el menú de dificultad, pero es un parche para un problema que no debería existir.
Conclusión: Un Paso en la Dirección Correcta, Pero Aún Insuficiente
Assassin’s Creed Shadows es un juego funcional, pero no revoluciona la franquicia. Ubisoft ha hecho lo mínimo que se espera de una entrega AAA, y a pesar de algunas mejoras en el combate y la exploración, el juego sigue atado a diseños cuestionables como la progresión por niveles y la desconexión con la esencia de Assassin’s Creed.
Los fans de la saga encontrarán elementos atractivos, especialmente en la jugabilidad de Naoe, pero Yasuke se siente como un agregado innecesario. Ubisoft sigue sin entender a su público, y aunque este juego marca una mejora técnica, todavía está lejos de devolverle a Assassin’s Creed su gloria pasada.