Estamos en pleno otoño y en Noche de Brujas, Bandai Namco aprovechó la ocasión para lanzar la segunda parte de su título estrella The Dark Pictures Anthology: Little Hope. El desarrollo corre a cargo de Supremassive Games. Esta es una saga que se ha estado ejecutando durante varios años, la idea es crear una especie de antología de historias de terror a manera de serie de televisión o al menos así parece mostrarse entre guiños en algunas partes introductorias de la trama.
Estamos ante aventura gráfica donde la historia, los personajes y las decisiones que tomemos son lo más importante del juego. Como es de esperarse, esta segunda parte no es una continuación directa, ni está relacionada con el primer juego.
Historia completamente nueva
No voy a dar mayores detalles de la trama, puesto que como dije, esto es lo que sostiene el juego. nuevamente el elenco se complementa con rostros conocidos del cine como Robert Patrick, como el curador. Dentro de la trama se une Will Poulter, un rostro joven y muy conocido por su reciente aparición en la película Midsommar (2019). La trama comienza con un accidente donde cinco personajes sobrevivientes quedan varados en un pueblo inhóspito llamado, Little Hope. Los sobrevivientes tratarás de dejar atrás el pueblo, luego de que todas las comunicaciones se cortaran. Conforme avanzan suceden eventos sobrenaturales que fueron ocasionados por eventos pasados. En Little Hope ocurrieron juicios y cacerías de brujas relacionado con los juicios de Salem. Lo más interesante de la trama es desentrañar el misterio por los que los personajes se hayan encerrados en el pueblo y resolver por qué los espíritus del pasado acuden a ellos para liberar sus almas de las torturas y cómo afecta directamente en el plano de la realidad de estos cinco supervivientes.
Una trama que se revuelve con nuestras decisiones
Toda la trama se debe resolver mediante decisiones que el jugador debe tomar para sus personajes. Como es sabido en la primera parte del juego, cada decisión es tan importante a tal grado que puede dar muerte a uno de los personajes sin considerar que sea o no el protagonista. Estas decisiones no solamente se toman en diálogos y en acciones, sino también en Quick Time Events; que para mi sorpresa no resultaron molestos.
Pareciera que el juego tiene un sello un tato indie, pero existe mucha producción detrás de ella que no solamente se puede apreciar en las cinemáticas sino en los detalles jugables que están relacionado con la muerte de los personajes. Distintos caminos y finales posibles dan un alto valor rejugable, pero sobre todo narrativo.
En esta ocasión el papel del curador tiene una mayor importancia. Tal como sucedió en el Curator’s Cut, se nos ofrece ponernos en la piel de distintos personajes en las distintas escenas del juego, donde podremos desbloquear nuevos diálogos, caminos, decisiones y perspectivas.
Por desgracia, este juego caer en el error que cometen la mayoría de las historias de terror, y es el de agregar Jump Scares. El juego arruina la experiencia y atmósfera terrorífica que por sí misma había conseguido mediante la trama, los eventos y trabajo artístico. Un recurso bastante pobre para mantener al espectador siempre en tensión, alerta y atento a que venga el próximo susto. Y es que el verdadero terror no necesita de esto, conseguir terror y sustos se consigue, como dije, mediante la atmosfera. Pongo como ejemplo a Bloodborne y Dark Souls, juegos que sin intención de ser puramente terroríficos, su atmosfera emite terror, repulsión y tensión mediante el su arte, el sonido y el diseño de los monstruos, lo sustos ocurren cuando el juego te toma con la guardia baja, justo en los momentos en los que el jugador se siente confiado.
Gráficos y sonido
En cuanto a gráficos, no hay mucho que decir, se muestra por sí solo. El juego está concebido para desarrollarse mediante cinemáticas y éstas conservan una animación y diseños a la altura de esta generación de consolas que está por salir. El modelado de los actores es fiel a la realidad, pero evidentemente se ve limitado por la tecnología de la generación. Probablemente en un futuro no muy lejano llegado a una gran fidelidad. Los diálogos y las actuaciones son muy buenas y logran transmitir sus emociones.
El juego ha llegado completamente traducido al español y con voces al castellano, dando la oportunidad de elegir cambiar el idioma de voz a inglés, lo cual es un acierto para juegos donde su principal sustento es la experiencia cinematográfica. La música es prácticamente inexistente y está condicionada para ir al compás del sonido atmósfera.
En conclusión, Dark Pictures Antology: Littile Hope es una entrega solida que se complementa muy bien con su anterior entrega, y que a su vez, funciona perfectamente bien como una entrega individual en el que no necesariamente tienes que jugar el anterior juego para seguir el hilo de la trama a éste.
