Hablar de la franquicia Black Cover es hablar de un manga/anime prácticamente desconocido para este lado del mundo a no ser que seas un Otaku de hueso colorado. Yo que veo mucho anime no sabía de su existencia. Esto se debe a que en Japón el manga apenas lleva 3 años de que fue publicado. Sin embargo, a pesar de la juventud de esta franquicia tenemos un juego llamado Black Cover: Quartet Knights; un título que promete bastante tomando conceptos de otros juegos de anime pero lo más curioso, ideas de juego que no tienen nada que ver con su género.
¿Alguna vez te imaginaste un juego como Overwatch en su versión anime? Sigue leyendo para veas a lo que me refiero.
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Hablemos de la historia de Black Cover: Quartet Knights…
Cada vez que un juego basado en un anime o manga llega a mis manos para reseña lo primero que hago (si es que no lo he visto) es ver el anime para entender un poco de los personajes y de el entorno que me va a rodear. Dejando lo anterior claro debo de decir que me llevé una grata sorpresa con la historia de este juego pues es completamente nueva y bien podría ser un OVA oficial de la franquicia.
Tomamos el papel de Yami, el líder del un escadrón llamado Los Toros Negros. Para los que sepan quién es Yami, se llevarán una gran sorpresa cuando se de a conocer que esta es una versión más joven. el porqué regresó tan joven nos toca a nosotros descubrirlo. Lo que dije puede resultar muy breve pero no hay manera de platicar más de la historia sin hacer spoilers. Lo que sí puedo decir es que la historia está planteada de una manera muy buena y como dije antes, encaja perfecto como un OVA del anime. Muchas veces sucedían cosas que eran bastante confusas pero eso solo era al principio, ya después todo fue sobre rieles y bastante simple. Tampoco sentí que se necesitará ver forzosamente el anime para entender la trama pero sí es más que recomendable para conocer a los personajes.
Pero no todo es bueno en este aspecto puesto que la duración del modo para un jugador es risible y se puede completar en una sola tarde. Digamos que el modo historia es la excusa perfecta para introducirte en los controles y en las mecánicas básicas del juego y prepararnos para lo verdaderamente bueno que es el multijugador. Es cierto que hay algunos valores de rejugabilidad como poder pasar las misiones con diferentes personajes o con una dificultad más alta pero estos no se siente buenos y en lo personal, acabé la historia y no volví a entrar a ella.
Una jugabilidad en verdad buena
La primera vez que puse Black Cover: Quartet Knights estaba seguro que su modo de juego iba a ser idéntico a todos los juegos de anime que ha hecho Bandai Namco y sí, pero este se sintió de alguna manera, diferente. El combate se siente como un hack and slash común pero lo genial es que cada personaje tiene magias diferentes que le dan más dinamismo al juego. Dichas magias van desde sanar a algún compañero hasta hacer una oleada de espadazos e infligir un gran daño. Estas habilidades una vez que son usadas se tiene que esperar una cantidad de tiempo para volverse a usar, como en Overwatch (pero eso no es lo único que toma del juego de Blizzard). Los combates no te llevarán nada de tiempo acostumbrarte. A veces falla el tracking y terminas pegándole a una pared en lugar de a un enemigo pero no es nada grave.
Un multijugador divertido
Como dije antes, el modo historia es solo una pequeña probada de lo bueno y es que cuando me empecé a enfrentar a gente online me di cuenta que estaba disfrutando de este juego bastante. Las partidas de 4 jugadores vs 4 jugadores en cualquier modo de juego se sienten rápidas, dinámicas y bastante entretenidas.
La diversión que se pueda tener en el multijugador deriva en los combates que tengamos en Black Clover: Quartet Knights. Llega momentos en los que es más divertido estarte dando de espadazos con el rival que ir al objetivo. Y es que a pesar de que el juego no nos ofrece una cantidad tan grande de personajes, los que tenemos se sienten únicos y bastante entretenidos; ahora, eso eso con poco tiempo de juego, esa falta de contenido hará que el juego se vuelva tedioso después de unos meses, no hay que engañarnos.. Se podrá elegir entre 4 clases de personajes guerrero, tirador, sanador y apoyo) para ir por todo el mapa combatiendo junto a nuestros compañeros. Pero lo que más disfrute de todo es que entre los personajes se puede hacer «combos» por así decirlo, por ejemplo: un peleador usa una magia y si otro está cerca del enemigo afectado por esa magia puede encadenar su propia magia y así hacer más daño. Suena un poco complicado de entender pero no lo es,
Una de las cosas que más me gustaron del multijugador es que no importa si no se encuentran los suficiente jugadores, si hay algún espacio en blanco la IA tomará ese lugar. Si bien el CPU no es un jugador profesional vaya que es útil sabiendo que hacer y haciéndose alguna baja por aquí y por allá.
Los modos de juego la verdad es que son escasos y claramente los conceptos se ven tomados de otros juegos. Tenemos control de zona, caza del tesoro y captura la bandera. Algo que me pareció curioso es que uno de los modos de juego se siente idéntico a lo que tiene Overwatch; conquistar un punto e ir moviendo un objetivo a través del mapa hasta llegar a la base enemiga para poder ganar. Este hace que a pesar de que las peleas y los combates cuerpo a cuerpo se sientan divertidos, los modos de juegos no tengan una identidad propia.
Una personalización pequeña pero que cumple
Pasando al lado de la personalización el juego ofrece contenido pero tampoco es que se siente inmenso. Tendremos dos opciones de mejoras; la primera se centra meramente en lo estético, ya sabes, trajes para tus personajes que podrás adquirir en la tienda del juego con la moneda que el juego te conforme vayas haciendo partidas. Por el otro lado están las mejoras que tienen un impacto en los matches; en este apartado podremos potenciar las habilidades de nuestros personajes favoritos y solo se verán reflejadas en el modo multijugador. Así que cada personaje tiene 3 modos distintos : estándar, ofensivo y defensivo, y dentro de cada uno de estos existen diversas cartas que podemos aplicar para obtener efectos múltiples. Lo mejor es que gracias a esto cada peleador puede ser usado de varias maneras distintas, pero a diferencia de otros juegos, aquí no es tan importante escoger un personaje en específico para cierto modo de juego o cierto mapa todos pueden funcionar bien en cualquier situación.
Puede que suene a que es muy poca la libertad que tenemos para personalizar nuestro juego y sí, tienes razón, pero después de jugarlo puedo decir que cumple su función más no es recomendable para un juego que busca vivir muchos años. Necesitan meter nuevo contenido pronto si no quieren que el juego muera.
Gráficos y Sonido
En el apartado gráfico debo de decir que el juego cumple pero tampoco es que resalte de la mayoría, de hecho me atrevo a decir que solo cumple con lo mínimo esperado para un juego de esta generación de consolas. Lo que sí debo de decir es que disfruté mucho las cinemáticas en la historia principal pues parecía como si estuviera viendo un capítulo del anime. Por todo lo demás es lo clásico en un juego de este estilo: momentos en los que aparecen animaciones estáticas de los personajes y tenemos que ir leyendo los diálogos; algo que en verdad odio de los juegos basados en anime. Lo que es rescatable es que el juego es estable y no pude ver casi ninguna caída de frames y las que vio no afectaban casi en nada.
Dentro del sonido tampoco hay un trabajo muy sobresaliente, pues a pesar de que las voces son las mismas que en el anime, los sonidos del entorno son muy nulos y a veces es desesperante estar oyendo los mismo gritos una y otra vez durante la batalla. La música está bien pero es casi imperceptible a menos que te pongas a escucharla con mucho detenimiento.
