Una medida que me parece justa y necesaria
Hace unos días se dio la noticia sobre la iniciativa de una diputada del PRI que pretendía regular la venta de videojuegos. Según explica en las notas de los medios más importantes, la iniciativa propone que los videojuegos tengan una etiqueta de clasificación visible, recordemos que aquí nos llega la de ESRB, mientras que en Europa se tiene la de PEGI. Además busca que los videojuegos para mayores de edad se exhiban de manera diferente, para que sean identificados con facilidad. De hecho, la misma diputada destacó los organismos ESRB y PEGI, pero que sin embargo, señala como un evidente problema que lo utilicemos como criterio en México, puesto que sus categorías no son iguales a las que reglamenta la Secretaría de Gobernación en otras clasificaciones de contenidos como la ley cinematográfica. Y no escribí este artículo para alentar a los enardecidos, sino para hacer hincapié en la falta de un sistema clasificatorio en mi país.
Clasificar el contenido no es sinónimo de censura
Vi que muchos se habían quejado, sobre todo por tratarse de una diputada de un partido político de derecha, que lo podría calificar como un partido sumamente represor. Mi país se ha hundido en la miseria gracia a ellos, pero bueno, eso es harina de otro costal. La cuestión es que no entiendo por qué tanto escándalo por una iniciativa que beneficiará a los padres a orientarse mejor sobre lo que deben y no comprarle a sus hijos. Por primera vez reconozco que un miembro del partido prisita propone algo coherente. Al menos en mi país, la venta de videojuegos no está regularizada como lo están en los países de primer mundo, que incluso se han tomado el derecho de rechazar los videojuegos que consideran sumamente ofensivos para sus ciudadanos. Recientemente vimos el caso de Outlast 2 que estuvo apunto de ser vetado en Australia por unas escenas grotescas pertenecientes a un rito sectario. Aquí sí podemos hablar de un caso de censura, pero creo que en mi país es demasiado tolerante en cuanto el contenido, que ni las películas más polémicas, como El Crimen del Padre Amaro, que ofendió a la comunidad católica sufrieron de censura, a pesar de que la iglesia lo había exhortado al gobierno.
México necesita su propio sistema de clasificación como la ESRB O PEGI
En un país como México que agoniza entre violencia y drogas, es justo y necesario no dejarle a las manos videojuegos que inciten a más violencia. Si nos quejamos, pedimos que se regularice el reguetón y narco corridos y sus narco series, me parece justo que también se advierta del contenido de los videojuegos.
Como bien he recalcado en el artículo, esta iniciativa no es un llamado a la censura. Como bien explica al principio, tenemos un sistema que clasifica el contenido del cine y la música. Los padres están en su derecho de que se les facilite lo que compran y en nuestro caso que somos adultos, también es necesarios que compremos con un criterio formado. Estoy a favor de que se me pida credencial para comprar GTA, Outlas 2, Ghost Recon Wildlands, Gears of War. Porque lamentablemente en mi país abunda el tipo de gente no tuvo ni el criterio para elegir un buen presidente.
